Te debo mis veinte libras de menos
las ojeras azules debajo de mis párpados
los vacíos en las noches y las mañanas
los paréntesis sin remedio
los puntos suspensivos...
Te debo estas preguntas sin respuesta
y esta historia sin pasado
este pasado sin historia que no se debe nombrar
este nuevo nombre en mi frente
y todas las canciones que no quiero escuchar.
Te debo todos los límites y las corduras
todos los silencios que se quiebran
que van callendo, callando,
entre tanto espacio sin asideros
entre tanto café y cielos y alcohol
y cigarros y humo y dolores
y colores descoloridos
Te debo un tiempo.
Tanto tiempo en rojo.
Tanta orilla adivinada.
Tantos ojos cerrados.
Tantas promesas oscuras.
Tanto tiempo pasado.
Te debo una cicatriz
imborrable.