miércoles, 10 de noviembre de 2010

5:57 am

Las nubes grises empiezan a transformarse lentamente en nube rosadas, establecen su espacio, reclaman su forma. El día empieza sin el más mínimo esbozo de esperanza, todo termina antes de haber empezado. Esperanza es querer, esperar algo. Quiero, he dejado de esperar hace tiempo.

Era demasiado una sonrisa nueva, una mirada furtiva, una caricia sin querer; dos pieles que se prometen. Era demasiado y todo. Era esperanza. Esperar que un beso callara todas nuestras palabras. Esperar que un beso secara todas las lágrimas. Esperar sentirme fuerte cuando me desbarato. Estrenar una nueva vida junto a otro cuerpo, otros supiros, otras manos que descubren.

Era demasiada esperanza tratar de encontrarle sentido a la manera en que me miras, a la forma en que decis mi nombre, o como deslizas tu mano por mi brazo cuando fingís saludarme en la mañana.

Era demasiado todo. Era regresar a sentirme sola por no estar sola.

No quiero. No espero.

1 comentario:

  1. Nunca espere nada, pero tampoco pierda la esperanza en todo... porque hasta las nubes reclaman su forma y espacio.

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