sábado, 22 de enero de 2011

A veces no me acuerdo de tu besos

A veces no me acuerdo ni de tus ojos ni tu nombre.

Solo el piso mojado, la neblina que podía cortarse con una tijera, los dos vasos vacíos en el suelo, las dos colillas de cigarro. Recuerdo los pinos arriba, las gradas abajo, la fiesta sonando a lo lejos, la soledad de ese parque o lo que fuera.

Tus manos eran blancas, la noche era gris-azul. Mis ganas eran verdes, las tuyas rojas. Tu camisa blanca de lino, mi blusa negra-plata. Mis ojos claros, los tuyos también. El silencio negro. El pasado azul. El pasado que tratamos de recuperar en unos cuantos minutos. Minutos amarillos, naranja, rojos. Tus palabras. Tus palabras.

Tus manos tratando de ser más atrevidas, todo el peso de tu cuerpo tratando de domesticar el mío. El olor de tu cuello.

"Qué rico olés".

Tu respiración entrecortada sobre mi cuello. Tu pregunta. El silencio.

Me acuerdo de todo y nada.

A veces no me acuerdo de tus besos.

2 comentarios:

  1. A mi me sucedía lo mismo, pero encontré un remedio. Sustituyo los besos que no recuerdo, por besos nuevos, entonces reaparecen con todo su sabor, color, temperatura. Salu2

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  2. Creo que es hora de buscar un remedio para la amnesia. El tuyo me parece de lo más adecuado. Gracias por el tip. Gracias por leer, ya no siento que escribo para mí misma.

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